Después de que mi hermana roció perfume en los ojos de mi hijo, mamá se rió y dijo: «Si ahora se queda ciego, quizá no se dé cuenta de que es una carga». Papá añadió: «Al menos ahora huele bien». No tenían idea de lo que estaba por venir…
El olor dulce del perfume se mezcló con el grito ahogado de Leo. Apenas tenía ocho años, y sus ojos azules se llenaron de lágrimas al…









