—“Mamá, solo me está ayudando con el auto, no seas exagerada.” —le dije molesta, mientras aquel hombre de sonrisa amable se ofrecía a revisar el motor.
Ella se quedó en silencio unos segundos.Luego susurró con voz temblorosa:—No hables con los desconocidos, hija. No todos los que sonríen quieren ayudarte. Tenía esa…









