Padre e hija desaparecieron escalando el Monte Hooker. Once años después, se encuentra su campamento en el acantilado…

En el silencio: La desaparición de Garrett y Della Beckwith
En el verano de 2012, Garrett Beckwith y su hija de 19 años, Della, emprendieron lo que debía ser otra aventura inolvidable. Ambos compartían una pasión por la escalada y el senderismo, y esta vez su destino era el Monte Hooker, en lo profundo de la cordillera Wind River, en Wyoming.
Para Garrett, el viaje representaba una nueva oportunidad para fortalecer el vínculo entre padre e hija forjado en la naturaleza. Para Della, era la emoción de poner a prueba sus límites junto al hombre que le había enseñado a escalar.
Pero su travesía hacia la naturaleza salvaje nunca tuvo regreso.
El Monte Hooker es una de las ascensiones más formidables de los Estados Unidos continentales. Con casi 3,800 metros de altura (12,500 pies), su imponente cara norte exige varios días de caminata solo para alcanzar la base. Su aislamiento, el clima impredecible y el terreno implacable dejan un margen mínimo para el error.
Garrett y Della fueron vistos por última vez iniciando su ascenso. Cuando no regresaron en la fecha prevista, familiares y amigos dieron la voz de alarma.
Equipos de búsqueda y rescate lanzaron una intensa operación con helicópteros, perros y brigadas terrestres. A pesar de semanas de esfuerzo, no se encontró ni un solo rastro de ellos.
La ausencia de evidencia ha alimentado años de especulación.
Algunos creen que pudieron haber caído durante la escalada, ocultos entre grietas o sepultados bajo desprendimientos de roca. Otros sugieren que una tormenta repentina los obligó a desviarse de la ruta.
La lejanía del Monte Hooker hace que el misterio resulte tanto verosímil como inquebrantable.
Para sus seres queridos, la falta de respuestas es una forma distinta de tormento.
Perder a Garrett y Della sin saber qué ocurrió es una herida que el tiempo no puede cerrar fácilmente.
Sin embargo, se les recuerda no solo por cómo desaparecieron, sino por cómo vivieron: unidos por el amor, la aventura y la naturaleza que tanto amaban.
Más de una década después, el Monte Hooker sigue elevándose sobre la cordillera Wind River, con su muro de granito inmutable, guardando en silencio el secreto de dos escaladores que nunca regresaron.