Fallamos cuando damos lo mejor a los de fuera y olvidamos valorar a quienes viven con nosotros.

Fallamos cuando damos lo mejor a los de fuera y olvidamos valorar a quienes viven con nosotros.

No tiene sentido agradar a los demás si ignoramos o descuidamos a quienes nos aman de verdad.

Los gestos simples —un abrazo, una taza, un favor— revelan cuánto cuidamos a nuestra familia.

Publicar amor en redes no reemplaza las acciones reales dentro del hogar.

La familia se honra con hechos, no con palabras ni apariencias.

Al final, los que estarán en los momentos difíciles no son los conocidos, sino los de casa.

Cuida hoy a los tuyos… mañana puede ser tarde