Empleada de Marco Antonio Solís es humillada en una tienda de lujo y el cantante hace algo increíble
empleada de Marco Antonio Solís es humillada en una tienda de lujo y el cantante hace algo increíble María era una mujer sencilla de rostro amable y manos trabajadoras Llevaba más de 10 años trabajando como empleada doméstica en la casa de Marco Antonio Solís El legendario cantante mexicano desde el primer día su relación con él y su familia había sido de profundo respeto y gratitud mutua María no solo mantenía la casa impecable sino que también se había convertido en una parte esencial de hogar siempre atenta a los detalles y al
bienestar de todos Aunque su trabajo no le proporcionaba lujos sí le permitía vivir con dignidad con lo que ganaba mantenía a su hija Sofía una joven de 16 años con grandes sueños de estudiar medicina María siempre había sido una madre amorosa y sacrificada poniendo las necesidades de su hija por encima de las suyas Sofía era su mayor Orgullo y razón de vida se acercaba al cumpleaños de Sofía y este año María quería hacer algo especial Desde hacía tiempo su hija hablaba con ilusión de un hermoso bolso que había
visto en una revista de moda no era Un capricho vacío para Sofía aquel bolso representaba un símbolo de éxito algo que solo las mujeres seguras de sí mismas Y con grandes aspiraciones llevaban María sabía que no podía darse el lujo de comprarlo fácilmente pero llevaba meses ahorrando con pequeños sacrificios diarios caminaba en lugar de tomar el autobús preparaba su propia comida en vez de comprar algo rápido y evitaba cualquier gasto innecesario finalmente había reunido el dinero suficiente con el corazón acelerado y
una mezcla de emoción y nerviosismo decidió ir a la tienda de lujo donde vendían el bolso era un lugar exclusivo en el centro de la ciudad frecuentado por celebridades empresarios y personas de la alta sociedad María nunca había puesto un pie en una tienda así pero estaba decidida antes de salir de casa se miró en el espejo llevaba su mejor ropa Aunque seguía siendo Modesta una blusa sencilla una falda larga y unos zapatos cómodos pero gastados no tenía joyas ni un bolso elegante solo su cartera bien guardada con los billetes
que había ahorrado con tanto esfuerzo a pesar de su humildad se sentía orgullosa no estaba haciendo nada malo Al contrario estaba a punto de cumplir un sueño para su hija cuando llegó a la tienda se detuvo un momento en la entrada las vitrinas relucían con bolsos zapatos y prendas de diseñador que parecían sacados de otro mundo un profundo aroma a Perfume caro flotaba en el aire y los suelos brillaban impecables bajo la luz dorada de los enormes candelabros María respiró hondo y cruzó la puerta apenas puso un pie
dentro sintió las miradas de las vendedoras eran mujeres elegantes vestidas con trajes sofisticados y tacones altos con expresiones de desinterés y superioridad una de ellas una mujer rubia de cabello recogido la observó de arriba abajo con una Ceja levantada puedo ayudarla en algo preguntó con un tono seco casi impaciente María con una sonrisa tímida se acercó al mostrador Sí por favor Estoy buscando un bolso que viene en una revista es un regalo para mi hija la vendedora la miró con incredulidad antes de soltar una risita discreta un bolso
de aquí dijo como si la idea le pareciera Absurda en ese momento María sintió un leve malestar en el pecho había entrado con ilusión pero algo en la actitud de las empleadas le hacía sentir que no pertenecía a ese lugar aún así no se dejó intimidar sí respondió con firmeza he estado ahorrando para comprarlo la vendedora cruzó los brazos y suspiró como si no tuviera tiempo para perder María aú no lo sabía pero estaba a punto de vivir uno de los momentos más humillantes de su vida María permanecía de pie frente al mostrador esperando una
respuesta de la vendedora pero en lugar de recibir la atención que cualquier cliente merecía solo encontró miradas de burla y desdén la mujer rubia que parecía la encargada de la tienda la observó de arriba a abajo con un gesto de fastidio señora los bolsos aquí no son baratos dijo con una sonrisa forzada enfatizando la última palabra como si quisiera asegurarse de que María entendiera su mensaje María sintió un nudo en el estómago pero no dejó que su inseguridad la dominara había trabajado duro para reunir el dinero y tenía

derecho a estar allí como cualquier otra persona lo sé respondió con voz tranquila ahorré durante meses para comprarlo solo quiero verlo la vendedora suspiró con impaciencia y miró a sus compañeras que se habían acercado curiosas por la escena una de ellas una mujer alta de cabello oscuro soltó una risita mientras se inclinaba hacia la otra seguro viene a preguntar el precio y luego se va susurró en tono burlón Aunque lo suficientemente Alto Como para que María la escuchara María fingió no haber oído y se mantuvo firme sabía que si se
dejaba llevar por la vergüenza y se iba solo confirmaría lo que ellas pens de ella Me puede mostrar el bolso o debo Buscar a alguien más que quiera atenderme preguntó con amabilidad pero con un dejo de firmeza en La Voz la vendedora rubia la miró con desdén y finalmente se giró para tomar el bolso que María había descrito lo sacó con una exagerada delicadeza y lo colocó sobre el mostrador como si estuviera manejando un objeto demasiado valioso para las manos de alguien como María Este es el modelo que mencionó dijo en tono frío