“NO LLEGÓ A LA ENTREVISTA DE TRABAJO, PERO FUE LA MUJER A LA QUE AYUDÓ EN LA CALLE LA QUE LO HIZO LLORAR Y CAMBIÓ TODA SU VIDA”.

“NO LLEGÓ A LA ENTREVISTA DE TRABAJO, PERO FUE LA MUJER A LA QUE AYUDÓ EN LA CALLE LA QUE LO HIZO LLORAR Y CAMBIÓ TODA SU VIDA”.

Ryan Cruz, de 27 años, es un hombre sencillo con grandes sueños.
Después de meses de buscar trabajo, finalmente recibió una llamada de una prestigiosa empresa en Makati.
Esta fue su oportunidad de recuperarse, después de años de arduo trabajo y resistencia.

Se puso sus mejores mangas largas, limpió los zapatos viejos y salió temprano.
Mientras estaba sentado en el jeep, leyó una y otra vez las preguntas de la entrevista que había escrito en un pequeño trozo de papel.

“¿Cuáles son tus planes para 5 años?”
“¿Cuál es tu mayor debilidad?”

Él sonrió.

“Puedo hacerlo”, murmuró para sí mismo.

EL EVENTO QUE NO ESPERABA

Estaba cerca del edificio donde se iba a realizar la entrevista cuando de repente cayó una fuerte lluvia.
Corrió debajo del cobertizo de espera, mojada, y se limpió apresuradamente la ropa.

A lo lejos, vio a una mujer embarazada, jadeando, cargando una pequeña bolsa.
Cuando de repente notó que se estaba aferrando al estómago, fue como si algo anduviera mal.

Se acercó de inmediato.

“Señorita, ¿está bien ka lang po?”
“Kuya … parang lalabas na ‘yung baby ko…”

Estaba aterrorizado.
No había nadie alrededor, ni taxis, nadie que ayudara.
Inmediatamente pidió un triciclo.

“¡Hermano! ¡En el hospital más cercano, date prisa!”

Estaba empapada, temblando, pero se tomó la mano mientras se dirigía al hospital.

“Kapit lang po, nandito ako. Huwag kang matakot”.

Cuando llegaron al hospital, la mujer fue llevada de urgencia a la sala de emergencias.
Se quedó afuera, jadeando y mojado, conteniendo el sudor.

LA SUPERVIVENCIA DE LA VIDA

Aproximadamente una hora después, salió la enfermera.

“Señor, mi madre está a salvo. Gracias por entregarlo con prontitud”.

Ryan sonrió, como si lo hubieran sacado de una espina.
Pero cuando miró el reloj, se le cayó el hombro:
eran las doce.
Su entrevista fue a las 9:00 a.m.

Se acabó.
Sus esperanzas se desvanecieron de nuevo.
Y, sin embargo, aun así, sonrió.

“Está bien. Salvó una vida más preciosa”.

Salió del hospital sin ser identificado.
Caminaba tranquilamente bajo la lluvia, mojado, hambriento, pero con una extraña paz de corazón.

LA OPORTUNIDAD DE VOLVER DE NUEVO

Pasaron tres días.
Ryan se sentó en su pequeña casa, contando el dinero restante.
Llegó un mensaje de texto:

“Sr. Cruz, por favor preséntese en nuestra empresa para reprogramar una entrevista. El Director de Recursos Humanos solicitó personalmente su presencia”.

Su ceño se frunció.

“¿Director de recursos humanos? ¿Cómo? Pero hindi naman ako pumunta la última vez…”

Al día siguiente fue a la oficina.
Tan pronto como entró en la habitación, el empleado lo invitó a entrar.

“Sir Ryan, por favor diríjase a la oficina del Director de Recursos Humanos. Ella te ha estado esperando”.

LA IDENTIDAD

Cuando abrió la puerta, una mujer familiar se le acercó.
Viste un elegante atuendo de oficina, tiene un rostro amable y sonríe.

“Ikaw…”
“Ikaw esto…”

Esta era la mujer embarazada a la que había ayudado unos días antes.

La mujer sonrió.

“Lo estoy. Mi nombre es Mariel Villanueva, Directora de RRHH de esta empresa. Y tú, Ryan Cruz, eres el hombre que me ayudó el día que casi doy a luz bajo la lluvia”.

Ryan estaba casi incrédulo.

“Señora… Lo siento. No llegué a la entrevista porque… —
Mariel sonrió y lo interrumpió.
“No tienes que explicarlo. Sé qué tipo de persona eres. Y sé que ese es el tipo de persona que quiero ser con mi empresa”.

Ryan estaba llorando, apenas podía hablar.

“Señora, gracias … No esperaba eso”.

Marilyn sonrió, extendiendo su mano.

“Bienvenido al equipo, Sr. Cruz. Y uno más: quiero mostrarte por qué el cielo te ha recompensado”.

Entró una enfermera, con un bebé pequeño.
Mariel sonrió.

“Este es Liam, mi hijo casi no podría ver, si no fuera por ti”.

Ryan se acercó, miró al niño y no pudo contener las lágrimas.

“Gracias. Honestamente, tengo que estar agradecido … Porque me has demostrado que de vez en cuando, hacer lo correcto, incluso si no llega en el momento adecuado, volverá en el momento adecuado”.

EL CAMBIO

Pasaron los meses, Ryan se convirtió en funcionario de la empresa, no solo como empleado, sino como gerente de operaciones, debido a su humildad y cuidado.
Y cada vez que mira hacia atrás a Mariel y su hijo, siempre piensa en el día en que sacrificó su propia oportunidad,
y cómo eso le abrió la puerta al éxito.

“A veces”, dijo mirando por la ventana de la oficina, “gracia, atraviesa la lluvia antes de que sientas la luz”.